La eficiencia y mejorar la productividad al interior de una empresa, son aspectos fundamentales considerados por los altos mandos. Para ello, apoyarse en un tercero mediante la externalización de procesos, es muy importante para asegurarse de que los procedimientos se lleven a cabo correctamente.
Para eso, el process mining, es una gran alternativa. Se trata de un sistema que permite analizar, entender, medir y actuar en el tiempo determinado para disminuir brechas y aumentar la capacidad de una compañía, a través de la automatización y recomendaciones. Este proceso no solo permite poner la tecnología a disposición y generar que ella haga todo sola, sino que uno de los mayores beneficios que trae es el ahorro monetario.
Gracias a esta tecnología se pueden monitorear y predecir acontecimientos que podrían ser perjudiciales para una compañía. Por ejemplo, si la empresa no está demostrando buenos números, deficiencia en los procesos o poca productividad, con el trabajo del process mining se pueden identificar las fallas en el sistema.
La minería de procesos combina técnicas pertenecientes a la minería de datos y a la inteligencia computacional (IC) con el análisis y el modelado de procesos. Este tipo de técnicas se encuentran en los datos que aparecen en los registros de cualquier compañía, los cuales pueden clasificarse por etapas.
Siempre que exista información, se puede utilizar el process mining. Ahora bien, dentro de los casos en los que se usa, destaca el desarrollo de procesos de trabajo, como por ejemplo, la ejecución de transacciones mediante sistemas ERP, gestión de solicitudes de asistencia técnica mediante sistemas de tickets y garantía de calidad de tratamientos médicos mediante protocolos clínicos.
Como se mencionó anteriormente, el process mining ayuda a mejorar los resultados de un proceso en específico. Esto trae consigo, por ejemplo, optimización del capital de trabajo, mejorar las tasas de cierre de tratos o ser más eficientes en la entrega de pedidos, dependiendo del rubro de la empresa.